Los tratamientos se inician generalmente con medicación analgésica por vía oral y se complementan con inyecciones y bloques cuando el paciente no obtiene suficiente alivio o cuando ya ha probado el tratamiento farmacológico. Estos se realizan con anestesia local y en
algunos casos se utiliza sedación si el paciente está muy nervioso.
Casi todas las inyecciones y los bloques se realizan como casos ambulatorios. El paciente va por su propio pie después de finalizado el tratamiento.
Las inyecciones que se pueden realizar son muy variadas y explicaremos a continuación:
Infiltraciones epidurales, con corticoide y anestésico local, tanto a nivel lumbar como cervical.
Bloqueos de articulaciones facetarias.
Bloqueos radiculares selectivos o foraminales.
Infiltración de puntos gatillo.
Bloqueos de cadena simpática lumbar y de ganglio estrellado.
Iontoforesis.
Tratamientos intravenosos con Lidocaína.
Epiduroscopia y Epidurolisis de adherencias (fibrosis) en la cirugía fallida de columna.
Radiofrecuencia: de articulaciones vertebrales, de ganglio dorsal radicular, de ganglio de Gasser (Trigémino), de cadena simpática, como aplicaciones más frecuentes.
Nucleoplastia por Radiofrecuencia.
Electrodos de estimulación medular (epidural) o periférica (por ejemplo, a nivel occipital, inguinal)