Cannabis medicinal en España

Cannabis sativa se ha utilizado desde hace mucho tiempo como droga recreacional y también era conocida por sus propiedades terapéuticas. 

En los últimos años su uso ha tenido una gran expansión en parte debido al mayor conocimiento de los componentes de la planta y al descubrimiento de su acción en el organismo. Se han descrito los canabinoides endógenos (sustancias que segregan el propio organismo como la  anandamida (AEA) y 2-araquidonilglicerol (2-AG))  y el sistema endocanabinoide, que regula funciones como la inflamación y también interviene en la respuesta inmune, además de su influencia en situaciones como la ansiedad y en la modulación de la percepción del dolor, que ha impulsado su aplicación como agente terapéutico.

Existe una gran cantidad de productos derivados de la planta Cannabis sativa.                                Los fitocanabinoides son derivados naturales de la planta que también pueden actuar sobre el sistema endocanabinoide. Se han descrito más de 80. Los mejor conocidos son el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD). El THC es responsable de los efectos psicoactivos. El CBD tiene menores efectos psicoactivos comparado con THC.                                                                              Existen otros derivados de la planta llamados terpenoides, como el β-cariofileno (BCP) y limoneno, sin efectos psicoactivos, y que también se encuentran en otras plantas como zanahorias, clavo, pimienta negra, ginseng o equinácea.

Por otro lado, se han desarrollado los canabinoides sintéticos, que son derivados de THC en laboratorio, como el Dronabinol y la Nabilona y los nabiximols que son una mezcla de THC y CBD.

El cáñamo y la marihuana pertenecen a la misma familia, C. sativa. Sin embargo se diferencian en su morfología (el cáñamo es más alto), por el uso que se le da a la planta y por su composición. La marihuana ha sido cultivada durante años por su contenido de tetrahidrocannabinol (THC) y el cáñamo para la producción de derivados como papel, telas o comidas (tiene muy poca cantidad de THC).                                                                                           Dependiendo de la parte de la planta que se extraiga se obtienen diferentes componentes.      El THC, CBD y terpenoides se encuentran en hojas y flores.                                                                     Las semillas de C. sativa contienen muy poca o nula cantidad de fitocanabinoides, sin embargo son ricos en ácidos grasos omega-6 y omega-3, ácido γ-linoleico y otros antioxidantes.               Los productos derivados de la planta se venden en forma de aceites, bálsamos, aerosoles, cápsulas, geles y cremas, aplicadores orales o productos alimenticios.

Los aceites de CBD (cannabidiol) y del cáñamo tienen un gran auge en la actualidad por sus posibles efectos terapéuticos, aunque debido a la inconsistencia en la variedad de los ingredientes, así como de la cantidad del producto y método de administración, es difícil saber qué ingrediente aporta un alivio de un síntoma específico.                                                                    Estos productos son comercializados con variadas indicaciones como puede ser dificultad para dormir, alivio del dolor o reducción del estrés.  Uno de los problemas que se presenta es que no se conoce la dosis efectiva para las diferentes indicaciones.                                                                                                                                     Cada tipo de aceite de CBD tiene diferentes concentraciones de cannabinoides. Es importante conocer cuánto CBD contiene el aceite. La mayoría de marcas lo indican claramente en la etiqueta, expresándolo en miligramos (mg) y/o porcentajes (%). Además, es importante saber el contenido de THC del aceite. En la mayoría de los países, los productos que contienen CBD legalmente no pueden contener más de un 1% de THC. Hay aceites con concentraciones de THC por debajo del 0,6% e incluso inferiores al 0,2%. Ninguno de estos aceites contiene suficiente THC para provocar un “colocón” al consumidor, razón por la cual son muy vendidos en todo el continente europeo.

A nivel científico, existe una evidencia moderada que apoya su uso en dolor crónico y espasticidad y una baja evidencia para su uso en nausea y vómito por quimioterapia, ganancia de peso en VIH, alteraciones del sueño y síndrome de Tourette.

Actualmente existen 3 productos comercializados y autorizados (aunque esto varía de un país a otro) para tratamiento del dolor en pacientes con cáncer, dolor neuropático y espasticidad por esclerosis múltiple: Cesamet® (Nabilona), Marinol® (THC + dronabinol) y Sativex®(THC + cannabidiol).

En USA, la FDA aprobó Epidiolex®, una solución oral de CBD purificado para uso en el síndrome de Dravet y Lennox Gastaut.

Situación legal del CBD y cannabis en España, en 2020

En España está prohibida la venta para consumo humano de CBD y productos derivados del cáñamo y solo se permite su comercialización como producto cosmético de uso externo. Tampoco está permitido su uso como complemento alimenticio. De hecho, en 2018 las autoridades españolas, en concreto AECOSAN (Agencia para Asuntos del Consumidor, Seguridad Alimentaria y Nutrición), ordenó la retirada de todos los productos calificados como suplementos alimenticios que contenían CBD.

El CBD está considerado como estupefaciente por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) que en su informe de 07/11/2018 elaborado para una causa penal, estableció que “(…) Los productos con Cannabidiol (CBD) obtenidos como extracto de Cannabis están incluidos en la lista I de la Convención Única de Estupefacientes de 1961. Las sustancias y productos incluidos en esta lista de fiscalización tienen la consideración de estupefacientes, y por tanto, regulados en nuestro ordenamiento jurídico por la Ley 17/1967 de 8 de abril, por la que se actualizan las normas vigentes sobre estupefacientes, adaptándolas a lo establecido en el convenio de 1961 de las Naciones Unidas, por lo que su producción, fabricación, exportación, importación, comercio, uso y posesión deben limitarse a fines médicos y científicos”.

Por ello, la mayoría de las marcas que venden CBD en España, han registrado y envasado sus productos como cosméticos de aplicación externa. Existen multitud de webs que lo comercializan y se pueden comprar tanto en España como en el exterior.

El cannabis o marihuana tanto medicinal como recreacional, está permitido su consumo en casa y en clubs de cannabis, pero se penaliza el consumo en espacio púbico. El Tribunal Supremo ha fijado en 100 gramos la posesión legal para el consumo personal. También se puede cultivar para consumo y mientras no sea visible, en espacios privados, no para comercialización.

Sin embargo, dado el interés económico que se está generado a nivel mundial,  el estado está otorgando licencias de cultivo en grandes extensiones a determinadas empresas para su comercialización con fines médicos e de investigación.