La dieta y su función en el dolor crónico

El peso y la comida es un tema popular en los meses de verano, pero la mayoría de la gente debería preocuparse de mantener la misma atención durante todo el año. Los expertos están descubriendo que la dieta y el exceso de peso a menudo son factores muy importantes cuando se trata del dolor y la inflamación asociados con problemas de salud como el lupus, la artritis reumatoide, la osteoartritis y la fibromialgia.

¿Es posible que la comida que consumas sea al menos parcialmente responsable del dolor que experimentas y que agrava e intensifica el dolor?

Visto desde lado opuesto, ¿Algunos alimentos tienen la capacidad de reducir el dolor?

Todos sabemos que lo que comemos tiene un efecto sobre cómo nos sentimos: cansados, enérgicos, excesivamente llenos, satisfechos, pero la comida como analgésico natural es un concepto que muy pocos aceptan, y puede marcar la diferencia.

Es muy frecuente ver en la consulta pacientes que cuando su calidad de vida empeora por el dolor, también empeoran sus hábitos alimenticios y esto suele asociarse a un aumento de peso.
Un cambio en la dieta puede ayudarte a recuperar tu vida.

¿Qué la ayudó a cambiar su vida exactamente? Agregar ciertos alimentos y limitar otros.

La eliminación de la carne roja de su dieta condujo a los resultados más significativos de todos.

  • Dejar de beber refrescos y agregar verduras y frutas frescas en lugar de conservas.
  • Dejar fritos y comida rápida.
  • Disminuir el consumo de azúcares refinados (bollería) y harina refinada (pan blanco)
  • Comenzar a hacer ejercicio.

Ciertos alimentos activan sustancias químicas en nuestros cuerpos que producen inflamación, lo que provoca dolor. Como habrás adivinado, estos alimentos incluyen comida «rápida» y fritos, proteínas animales, alimentos cargados de sustancias químicas y azúcares tal vez muy concentrados.

Reducir o eliminar estos alimentos de su dieta es útil, pero la integración de potencias nutricionales que no estimulan estos químicos inflamatorios aumenta las expectativas, como los arándanos, las cerezas negras, el pescado y el yogur. El jengibre y la bromelina (una sustancia química que se encuentra en la piña) en realidad pueden ayudar a reducir el dolor al limitar la producción de las moléculas en nuestro cuerpo que conducen a la inflamación.